viernes, 17 de octubre de 2008

Violeta...

Hola, yo soy violeta, o por lo menos así me dicen. Todo empezó unas navidades en las que la mamá de Sarita, la niña que siempre me tira por el suelo, me estruja cuando se enfada…estaba aburrida y decidió hacer una muñeca para Sarita y me creó a mí. Fruto del aburrimiento y el no saber qué hacer con las camisetas y chaquetas viejas de Carlos, el hermano de Sarita.

Al principio estaba desorientada, no sabía dónde estaba ni sabía quién era nadie. Poco a poco le fui cogiendo cariño a Sarita que me llevaba a todas partes con ella, no había sitio que fuera Sarita y no fuera yo. El único memento en el que me aburría era cuando Sarita iba al colegio que me quedaba en casa.

A las navidades siguientes mamá Elsa decidió hacer otra vez limpieza de ropa y con las cosas viejas de Carlitos y Sara hizo a Picolo, que es el que está a mi lado en la foto. Con la llegada de Picolo a la familia no cambió nada, solo que en vez de ir yo sola con Sarita, íbamos Picolo y yo juntos, y que cuando iba al colegio ya no me aburría porque jugábamos los dos y nos lo pasamos muy bien, porque es como mi hermano pequeño. Pero lo que menos me gustaba es que Sarita muchas veces nos hacía que nos diéramos besos los dos porque decía que éramos novios, y eso… ¡puag! ¡Q asco!¡besos en la boca! Era lo que menos me gustaba.

Pero prefería eso a lo que pasa ahora. Sarita ya no es Sarita, ahora es Sara. Se ha hecho mayor y ya no nos saca a ningún lado, nos tiene encima de la cama como si fuéramos estatuas que simplemente coge cuando va a dormir, pero no para dormir con ellas, sino para apartarnos para que esté ella más cómoda.

A pesar de tirarnos al suelo cuando se enfadaba, de descosernos alguna que otra vez el brazo o la pierna, sarita era muy buena con nosotros. Me encantaban sus abrazos y dormir con ella, pero ahora todo eso ha acabado. Ahora sólo me conformo con verla crecer feliz, y casi prefiero que no me abrace, porque si lo hace es que porque Sarita no está feliz…

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